Pilar Rivas

La falta de cobertura de plazas de profesorado o la reducción de la atención a los alumnos con necesidades educativas especiales, así como la ausencia de profesionales para la atención complementaria a los alumnos con alguna dependencia, son hechos denunciados ahora por CSI-F, pero llevan años produciéndose por parte de la Delegación de Educación, como consecuencia de los recortes a un sistema que aun en la época de bonanza no cubría la demanda real de los centros de Andalucía.

En estas circunstancias y con el telón de fondo de una gestión económica cuanto poco opaca, el Ayuntamiento de Granada, que ya ha cedido a particulares la gestión dos Escuelas Infantiles -Juan Latino y Asunción Linares-, saca también a concurso la gestión de la Escuela Infantil Mondragones.

En cualquier caso, aún contamos con cuatro escuelas de titularidad y gestión pública, bajo la fórmula de Fundación: Luna, Arlequín, Duende y Belén. Desde el pasado mes de septiembre, el Ayuntamiento firmó un convenio con la Junta de Andalucía que delega en ésta última la contratación de los profesionales que atienden el ciclo de 3 a 6 años, por lo que a partir de ahora será cubierto por profesorado de la Junta, lo que efectivamente supone un ahorro para las arcas municipales pero que rompe la continuidad y homogeneidad del proyecto educativo del ciclo 0-6, es decir, con la filosofía original del Proyecto del Patronato Municipal de Escuelas Infantiles.

Hay que añadir que la tutela que el Ayuntamiento tiene la obligación de ejercer sobre la las Escuelas Infantiles y Centros de día, cuya gestión ya ha pasado a manos privadas, no está siendo ejercida de hecho, por lo que se desconoce la programación, el proyecto educativo o los servicios que se prestan, información que se desprende de lo debatido en el Consejo.

En medio de este panorama, ayer nos reunimos el Consejo de Patronos de la Fundación, y se volvieron a aprobar unos presupuestos que abocarán irremediablemente a la externalización de las Escuelas Infantiles si no le ponemos remedio. Con toda la oposición en contra y tras nuestra férrea defensa de unos presupuestos que permitan la subvención en los tramos de renta baja y que posibiliten la diversidad de la atención, el voto de calidad del Alcalde inclina el primer empate a favor de la aprobación.

La estrategia que ha seguido el Ayuntamiento a nuestro parecer es clara, se ha ajustado hasta tal extremo el presupuesto en el capítulo de gastos que queda como única escapatoria la externalización de la gestión.

En temas tan esenciales como la educación de los más pequeños y con proyectos de tanto prestigio en la comunidad docente y educativa, que desde los años 70 lleva dando una respuesta institucional a todo el ciclo de 0 a 6 años, ahora optan por dejar las iniciativas educativas en manos de patronos y de pliegos de condiciones donde imperan las mejores propuestas económicas, pero no las mejores propuestas educativas.

Fotografía, Fundación GranadaEduca